La pregunta es: ¿por qué esas habilidades son difíciles de encontrar o, en todo caso, difíciles de sostener en el tiempo? ¿Qué es aquello que tienen los líderes detrás de estos comportamientos visibles? ¿Qué es aquello tan poco frecuente de encontrar que hace de estos perfiles los más buscados?
Este diferencial está en el liderazgo personal. Para que un líder pueda tener ese impacto en otras personas, es necesario que primero haya hecho un trabajo personal, que sea líder de su propia vida, de su mente, de sus emociones, de su historia y de su futuro. Un líder necesita ser valiente para observarse, para reconocer quién es, en luces y sombras, y atreverse a trabajar en una mejor versión de sí mismo.
¿Cómo podría alguien inspirar a un equipo a alcanzar resultados extraordinarios si él mismo no se ha atrevido antes a desafiar sus propias barreras? ¿Cómo podría tener una comunicación de impacto si no es capaz de escuchar detenida y respetuosamente a otros, o si no es capaz de escucharse a sí mismo? Un líder necesita inspirar y eso va más allá de una lista de acciones bien ejecutadas. Para inspirar necesitamos SER, antes que HACER. Ser una persona honesta, sincera, que genuinamente se interesa por otros, por el bien común; una persona que cree en sí misma y que puede creer en otros.
A propósito del inicio de este nuevo año, te propongo que las declaraciones o metas que fijes no solo estén pensadas en resultados o en acciones. Pregúntate quién quieres SER este 2024 que será la base para sacar a la luz las habilidades de liderazgo que seguro están en ti.
¡Back to Basics acompaña el desarrollo de tu liderazgo!